Hubo una etapa en la que, aunque estaba en tratamiento, solo sobrevivía mentalmente. No fue hasta que me di cuenta de que vivía en una cárcel mental, en la que el miedo había tomado el control de cada aspecto de mi vida, cuando toqué fondo y comprendí que debía entregarme al proceso de recuperación por completo.

🕊️ Y quiero que sepas algo muy importante:
si tienes un trastorno alimentario o una mala relación con la comida, sí se puede salir de ahí.
La recuperación no es un camino fácil, pero es posible.
Y cuando lo consigues, vuelves a ser libre… hasta el punto de disfrutar el triple de aquello que llevas tiempo sin poder disfrutar realmente.

Esta experiencia personal, junto con lo aprendido durante mi formación universitaria, me llevó a construir un enfoque de trabajo que busca reducir la incidencia de TCA y obesidad en una sociedad que fomenta el perfeccionismo, la culpa y la obsesión por “comer sano”.

Hoy dedico mi trabajo a crear un espacio seguro, comprensivo y sin juicios, donde puedas reconciliarte con la comida y contigo misma, sin presiones, sin reglas rígidas y con acompañamiento real en cada paso del proceso.